Las personas que tienen fobia a la sangre temen las heridas, cortes y las
jeringuillas. Esta fobia presenta algunas características que la diferencian del
resto debido que la respuesta corporal ante la sangre es diferente del resto de
las fobias ya que se trata de una respuesta bifásica, con un incremento ´de la presión arterial seguido de una caída brusca lo que puede conducir al desmayo (síncope vasovagal).
Cuando una persona con hematofobia está en presencia de sangre se va a
producir un aumento de la respuesta cardiovascular, aumentando así el latido
cardíaco y la presión arterial, sin embargo, justo después este aumento
disminuye de forma brusca provocando nauseas, mareos, sudores, palidez y, en
ocasiones, el desmayo. Es por esto por lo que las personas con este tipo de
fobia suelen relatar una historia de episodios de desmayos recurrentes.